El director general de Impulso Paco Cuervo, participó en la mesa redonda sobre Industria y Energía en el curso de verano de UGT Asturias

El Gobierno estudia con Arcelor ayudas para construir un horno eléctrico en Avilés

Las negociaciones del Gobierno central con Arcelor sobre la planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI) son «permanentes», como insisten ambas partes en los últimos tres años. Pero más allá de lograr desatascar esta inversión, vital para garantizar la siderurgia integral en Asturias, el Ejecutivo estudia con la multinacional las ayudas que podría concederle para abordar la construcción de un horno eléctrico híbrido en Avilés. La obra, similar a la que ya se está ejecutando en Gijón, es demandada tanto por la Administración como por los sindicatos, ya que permitiría no tener que reducir la producción de acero en la región en el corto plazo, cuando ya solo funcione uno de los dos hornos altos.

Sin embargo, hay otro aspecto que convierte esta instalación en clave y que ayer puso sobre la mesa el comisionado especial para el PERTE de la Descarbonización Industrial, Luis Ángel Colunga: con otro horno que consuma DRI, a Arcelor le interesaría más producirlo ‘in situ’. «Sería muy difícil que una compañía que electrifica dos acerías, con un volumen tan fuerte de producción en Asturias, importara el DRI», apuntó antes de participar en una mesa redonda sobre industria y energía en el contexto de la descarbonización, dentro de la Escuela Internacional de Verano Manuel Fernández López ‘Lito’, que organiza UGT. Porque, además, el DRI no se transporta tan fácilmente, debido a que entre otros aspectos posee poder de autocombustión y explosión.

El fin es lograr que la planta de DRI se construya en Asturias, aunque sea a costa de cierto rodeo que permitiría hacerla más atractiva a la siderúrgica y, de paso, no reducir la producción de las factorías. De ahí que se estén «estudiando con mucha profundidad todas las fuentes de financiación para electrificar la acería de Avilés», explicó.

La decisión por parte de Arcelor, más interesada en otros mercados como India o EE UU, es compleja, hasta el punto de que ninguna de las plantas de DRI que había anunciado en Europa tienen aún su aprobación, afectadas tanto por los costes de operación que se prevén, como por la debilidad del mercado y la entrada cada vez mayor de acero extracomunitario a precios bajos. Así, desde Industria se negocia también con otros organismos, como el Ministerio de Hacienda, mecanismos que puedan facilitar la producción, como llevar las ayudas por los costes indirectos del CO2 al máximo que permite Bruselas, y con la vista puesta también en lograr un hidrógeno verde competitivo.

Pese a ello, de momento, los proyectos en marcha no pueden garantizar los precios que necesitaría la industria. A este asunto se refirió también la directora de Stakeholders, Management and Public Affairs Iberia en EDP, Yolanda Fernández Montes, que abordó la complejidad de su proyecto para hacer de la térmica de Aboño un valle del hidrógeno. «Tenemos que llevar el agua a la instalación para poder producir el hidrógeno, construir los hidroductos para llevarlo a las instalaciones de los clientes y que estos compren ese hidrógeno», relató, todo ello acompañado de gran burocracia, que alarga enormemente los plazos, e innovadores desarrollos tecnológicos. A ello se suma que ese hidrógeno será más caro que los combustibles fósiles actuales, por lo que reclamó mecanismos que faciliten a la industria optar por él.

Asimismo, incidió en el actual atasco de las redes eléctricas, que puede dar al traste con los proyectos de electrificación de las empresas, tanto por el incremento de la demanda actual y futura como por un uso que está lejos de ser óptimo y que las «secuestra». «El acceso a la red se plantea como si se usara todo el día, se bloquea la capacidad, y nos está pasando que muchas empresas nos piden un aumento de potencia para poder incrementar su negocio y no se les puede dar», censuró. Además, la planificación se hace cada cinco años «y si algo no está previsto, no se puede hacer». De ahí que hablara de «un bloqueo real» de proyectos e insistiera en que «hay que revisar la gestión».

Expectativas poco realistas

También participó en la mesa redonda Paco Cuervo, director general de la empresa de arquitectura, ingeniería y consultoría Impulso, que ahondó en la complejidad de los fondos NextGeneration, pero también en las falsas expectativas que se crearon sobre ellos. Igualmente, insistió en que, «si un proyecto es bueno y está maduro, hay ayudas, tanto subvenciones como financiación», aunque las demandas tienen que ser realistas, aclaró. Asimismo, puso el foco en la importancia, ya no solo de los apoyos a fondo perdido, sino también en los financieros, a pesar de que, según reconoció Colunga, están fallando en los PERTE.

Otro asunto que se abordó fue el de la ruptura del mercado único europeo, al dar Bruselas vía libre a las ayudas de Estado, algo que aprovechan más los países con mayor músculo financiero. Igualmente, los tres se mostraron optimistas sobre las oportunidades que tiene Asturias, «con proyectos como nunca se habían visto», disponibilidad de ayudas y una experiencia industrial y energética fundamental.

Previamente a esta mesa redonda, que fue moderada por la subjefa de Economía de EL COMERCIO, Noelia A. Erausquin, se celebró otra sobre el acceso a la vivienda y la crisis habitacional actual, en la que participaron los diputados Monchu García (PSOE); Susana Fernández Arias (PP); Delia

Campomanes (Convocatoria por Asturies IU-Más País-IAS), Adrián Pumares (Foro Asturias) y Covadonga Tomé (Grupo Mixto), que plantearon distintas vías para hacer accesible este derecho constitucional.

 

Fuente: El comercio